Qué pereza cocinar para una sola persona
carta a favor de erradicar la idea de que cocinar para uno es inútil
Cada vez que alguien dice esto una fundación de animales pierde un donante. ¿Qué falta de imaginación? Qué completa falta de amor propio asumir que una sola persona no es digna del esfuerzo y cariño de una comida recién hecha. Digan que no saben cocinar, que no hay mercado en la casa, podemos mantener honestidad sobre la preferencia que podamos llegar a tener por la comida a domicilio. Pero esconderse detrás de esta idea fatalista de que es físicamente imposible, es inconcebible, es absolutamente insoportable para el alma cocinar para una sola persona es, como mínimo, cobarde.
Por supuesto que compartir la cocina (el acto, nunca el espacio, puedo tolerar muchas indiscreciones pero jamás que hayan otras personas dentro de mi cocina cuando les estoy cocinando. Un pico grande para el primer arquitecto o persona cuyo lenguaje del amor era la cocina y el chisme que decidió un día agarrar a martillo una de las paredes de este cuarto y creó las cocinas abiertas. Esta persona sabía la importancia del espacio ontológico que se necesita para poder cocinar en paz, pero sin interrumpir la conversación con los seres queridos) es divertido.
En fin, sí, cocinar es sublime en compañía, pero sagrado en privado. No estoy diciendo que en todo momento se deban preparar recetas complejas e impresionantes solo por sentir el lujo de haberlo hecho, pero el caldo más sencillo, la ensalada que se prepara con las verduras que ya están recibiendo sus Santos Óleos son una muestra de que incluso si nadie lo ve a uno, uno existió. Si una persona siente hambre en medio de un bosque, esa hambre existió.
Cocinar para uno solo puede ser un proceso rápido y eficiente, como las personas que han dominado el arte de preparar un plato satisfactorio en 20 minutos o puede ser un ejercicio de entablar nuevas relaciones con el tiempo. Poner una manotada de garbanzos a remojar y descubrir al segundo día que el sonido que creíamos que era una llave goteando eran en realidad las burbujas de aire de los garbanzos explotando. En los días que los garbanzos se remojan, se va gestionando en la parte de atrás de la cabeza la vida de un guiso con las salsas que se están acumulando en la puerta de la nevera. Por fin nos sentamos a comer y abrimos con miedo ese aguacate que compramos demasiado duro hace unos días y descubrimos en su interior el poema perfecto de un aguacate justo en su punto. Cocinar para uno es una tarea agradecida, tenemos la recompensa inmediata de algo rico para comer.
Cosas que me he preparado recientemente:
🌮 Tacos de Huevo y Tofu (por aquello de la proteina)
🐟 Soufflé de Atún + papas de paquete + aguacate